No dejes que la paloma se acueste tarde

¡Por favor, sólo cinco minutos más! 

Todos hemos pronunciado u oído esta frase alguna vez. 

Los pequeños de la casa son una fuente inagotable de energía y, cuando llega la hora de acostarse, ellos tienen ganas de seguir jugando y descubriendo.

Justo en ese momento, se les ocurren un montón de cosas interesantes por hacer y, aunque les pesen los párpados, no están dispuestos a irse a la cama sin rechistar. Los padres y madres, agotados,  no saben qué hacer para convencerles de que si no descansamos como es debido por la noche, al día siguiente no tendremos fuerzas para nada. 

En este álbum ilustrado nos encargan una misión de alta importancia; asegurarnos que la paloma no se acueste tarde.

¿Cómo lo conseguiremos? 

Vamos a descubrirlo:

La paloma no para de bostezar…, se le cierran los ojos… pero… ¡Ella no está cansada! Todos los miembros de la familia se esforzarán para convencerla de que debe irse a la cama, mientras se desternillan de risa con sus ocurrentes excusas y planes para evitarlo. Una situación tan familiar que nos hará empatizar completamente con su protagonista pues todos hemos sido la paloma alguna vez; ¿Quién no se ha quedado viendo su serie favorita, sabiendo que al día siguiente madruga?

La lectura es una actividad muy recomendable para antes de ir a dormir (especialmente de este libro). 

Pero hemos recopilado algunos consejos más que te pueden ayudar a convertir este momento del día en un instante especial. 

Consejos para irse a la cama

• Acostarse y levantarse siempre a la misma hora: Establecer una rutina ayuda a los pequeños a interiorizar hábitos más fácilmente y a realizar las actividades diarias de manera natural. Los niños, desde que son bebés y hasta los seis años, deben descansar entre 11 y 12 horas seguidas, aproximadamente. Por su parte, los que tienen entre siete y doce años, entre 10 y 11, mientras que los adolescentes deben descansar unas 9 o 10 horas diarias.
• Relajar cuerpo y mente antes de acostarse: Realizar una serie de actividades de preparación antes de acostarnos nos relajará y nos predispondrá al sueño. Bañarnos, un ligero masaje, escuchar música relajante o leer un libro son ejemplos que nos ayudarán a dormir. Debemos evitar las pantallas en este momento del día, ya que excitan el cerebro y hacen que sea más difícil conciliar el sueño.
• Ambiente agradable para dormir: Llevar ropa cómoda, que la temperatura de la habitación sea la adecuada y realizar las actividades previas al sueño con una luz tenue le van diciendo a nuestro cuerpo y a nuestra mente que ha llegado la hora del descanso.
• Irse a la cama nunca debe ser un castigo: Mandar a los niños y a las niñas a dormir como castigo ante un mal comportamiento hará que éstos asocien esta actividad con algo negativo. El descanso nocturno es fundamental para garantizar un buen desarrollo físico y cognitivo de los pequeños (de hecho, es fundamental también para los adultos) y ellos deben verlo como algo natural y deseable.
• Vida activa y alimentación sana: Hacer ejercicio durante el día y tener una dieta equilibrada (evitando el exceso de grasas o refrescos con cafeína) es la mejor receta para evitar el insomnio o un nerviosismo excesivo y nos ayudará a que los pequeños duerman bien, descansen de un tirón y sueñen con grandes aventuras.