Hemos comprado un libro infantil:¿y ahora qué? Como fomentar la lectura en casa
Dice Paula Martos, historiadora, maestra y autora del blog especializado en literatura infantil y juvenil Yo, mi, me, con libro, que no importa tanto el formato en el que se recogen las historias como las propias historias. Es decir, que importa “la vocación de los seres humanos de narrar, de contar, de expresar y de dejar constancia de todo este proceso”. Y, a su vez, “la voluntad de escuchar, de acoger y de recibir todas esas historias que forman parte de nuestra tradición”. Si recogemos esta idea y la trasladamos a nuestra familia podríamos decir que padres y madres (y abuelos, abuelas, tíos, tías, hermanos, hermanas…) somos los autores y/o transmisores de las historias y los niños y niñas son los receptores, que, a su vez, también se irán convirtiendo poco a poco en constructores de sus propias historias y en transmisores de estas.
Un libro nos permite conocer las historias que otros narran. Y aunque ya sabemos que leer tiene muchos beneficios, podríamos decir que, sobre todo, cubre necesidades innatas como son conocer, descubrir o divertirnos. Porque con los libros nos maravillamos, nos emocionamos, nos enamoramos, nos fascinamos, nos decepcionamos, nos aburrimos. No hay lectura sin emoción.
Cuando compramos un libro infantil y lo llevamos a casa están pasando muchas cosas sin que seamos conscientes. En primer lugar, adquirimos un objeto tan valioso que es capaz de detenerlo todo a nuestro alrededor, nos ancla al aquí y al ahora. En segundo lugar, un libro infantil nos regala un momento compartido con nuestros hijos e hijas. Un momento en el que no hay negociaciones, ni obligaciones, ni disputas. Nos sitúa en el aquí y ahora y, además, lo estamos disfrutando. Y, por último, un libro infantil es el abono que alimenta al que será el contador de historias y lector del mañana. Si bien ya os contábamos aquí cómo elegir un libro infantil, no es menos importante saber qué hacer con ese libro cuando llegamos a casa. ¿Qué podemos hacer para que los niños y niñas se interesen por el libro y no acabe convertido en un objeto olvidado en una estantería? ¿Cómo transmitirles el valor de ese objeto?