La importancia de la naturaleza en los niños
En la etapa de la infancia el poder vivir cerca y en contacto con la naturaleza es vital para el buen desarrollo del niño/a: física, emocional y espiritualmente.
En los últimos años, los pediatras, educadores y psicólogos hablan del síndrome o trastorno por déficit de naturaleza que afecta sobre todo a los niños y niñas que viven alejados de entornes naturales. A esta tendencia tenemos que sumarle, el crecimiento de la población y saturación en las ciudades donde el verde está cada vez menos presente, y los estilos de vida sedentarios de las nuevas generaciones.
Todos tenemos entre los mejores recuerdos de la infancia el poder jugar libres y salvajes en parques, bosques y campos. Pero si preguntamos a los adolescentes de ahora sus recuerdos de niñez están bien distanciados de la naturaleza.
Cuando el niño/a no tiene contacto con la naturaleza los estudios demuestran que esto afecta directamente a su desarrollo físico, cognitivo y emocional. Así hay mucho más riesgo de sufrir obesidad, estrés, fatiga crónica e incluso depresión. Y también, les afecta en sus habilidades sociales, su capacidad de resolución de conflictos o su creatividad e imaginación. Con el buen tiempo tenemos la excusa perfecta para recuperar la conexión entre naturaleza y niños. Es un buen momento para salir a observar y aprender cosas nuevas de nuestra fauna y flora. El mejor espectáculo natural se da estos días en las montañas, parques, jardines y balcones. La vida explosiona fuera y no nos lo podemos perder. Es necesario reconstruir esa tradicional y sana interacción entre la infancia, el aire libre y los espacios naturales abiertos.