Libros a partir de 3 años

Decía Carmen Martín Gaite que la infancia es un lugar extraño donde todo sucede de una forma diferente.

Lo cierto es que algo tiene aquella etapa que cuando nos convertimos en adultos, muchos la añoramos con cierta intensidad. Quizás sea porque en la infancia suceden muchas de nuestras primeras veces: la primera vez que corremos, la primera vez que hablamos, los primeros amigos, las primeras excursiones, los primeros libros que leemos…

La inocencia y la capacidad de sorprendernos impregnan todas esas primeras veces como lo hace el olor a tierra mojada tras una tormenta de verano.

¿Quién no querría volver a sorprenderse con una historia como lo hizo la primera vez?

Si tuviéramos que definir las características de los lectores y las lectoras en esa etapa, diríamos que:

1. Les siguen fascinando las historias acumulativas aunque poco a poco van deleitándose con historias más complejas.
2. En esta etapa ya van reconociendo letras, números y colores, lo que les anima a fijarse más mientras les leemos y a que deseen ser ellos y ellas quienes puedan convertirse en lectores y lectoras.
3. Disfrutan mucho las lecturas compartidas. No es necesario que sólo sea antes de dormir, que está muy bien, pero tenemos un montón de oportunidades a lo largo del día para disfrutar de un buen libro juntos.
4. De los 3 a los 5 años, los niños y niñas tienen una enorme capacidad de imaginar, por lo que los libros se convierten en una herramienta maravillosa para desarrollarla y potenciarla.

RECOMENDACIONES PARA QUE AMEN LA LECTURA

La infancia es un momento clave para el desarrollo del lector que seremos en el futuro. Acompañar esta etapa como prescriptores de lecturas, como contadores de historias y como incentivadores de ese amor por los libros no es algo complejo o imposible, pero debemos tener en cuenta algunas recomendaciones que pueden ser muy útiles:

1. Leer con ellos. Aprovechar que disfrutan tanto las lecturas compartidas es clave para inocular en ellos el gusanillo de la lectura.
2. Visitar bibliotecas y librerías.
   Para que nazcan grandes lectores no es esencial tener muchos recursos. Tom Percival siempre ha contado que creció en una caravana sin luz ni agua y fueron los libros de una biblioteca ambulante (y el amor de su familia) lo que le salvó. Visitar con ellos bibliotecas, elegir libros en una librería, asistir a cuentacuentos en estos lugares, son planes que no deben faltar en nuestra vida familiar.
3. Regalarles libros en días especiales.
   Hacer del libro un regalo valioso, deseado, bello, es un buen camino para que valoren y amen los libros.
4. Rodearnos de libros.
   Si en casa estamos rodeados de libros es difícil que nuestros hijos no acaben llevándose a las manos y hojeando de vez en cuando los libro. Dejemos que los libros y sus historias habiten nuestras casas.
5. Demostrar nuestro amor por la lectura.
   El ejemplo es la más fuerte de las herramientas educativas. Un niño o niña que ve leer a sus padres, que les ve emocionarse y amar la lectura, será difícil que no haga un intento por acercarse a eso que tanto gusta a su familia.
6. Respetar sus gustos como lectores.
   Podemos proponer libros, animarles, pero no imponer. El respeto a sus gustos es fundamental.
7. No obligarles a leer.
   Dice J.K. Rowling que si no te gusta leer quizás sea porque no has encontrado el libro correcto. Nosotros añadiríamos que quizás se puede reducir el tiempo frente a las pantallas.
8. Los libros con mayúsculas les pueden ser de mucha utilidad en el camino hacia la lectoescritura.
9. Los textos rimados en esta etapa les suelen fascinar, por lo que buscar libros que ofrezcan este recurso es muy buena idea.